Es el Rapé algo chamánico
Existe una gran controversia respecto al consumo del rapé y su relación con lo chamánico. En Europa y en países del primer mundo, el consumo del rapé se presenta como algo recreativo. No existe propiamente la cultura que existe en países de América Latina, donde el rapé tiene un valor asociado a los chamanes y las comunidades indígenas.
Es inevitable concebir el rapé como algo cuyos orígenes tienen que ver con lo chamánico. Porque ancestralmente, su primer uso y la responsabilidad de su consumo provenía de los líderes de los grupos indígenas. El rapé fue exportado a Europa como un gran descubrimiento de la época de la colonia.
De hecho, por lo mismo, algunos aficionados al rapé deciden viajar desde remotos países para introducirse en las selvas latinoamericanas para tener contacto con los chamanes. Su intención es tener un tipo de experiencia más profunda, porque tras haber experimentado con el rapé, quieren llevar la experiencia a un nuevo nivel.
Una formula ancestral
El rapé que se produce industrialmente en países europeos o asiáticos, posee una fórmula que está regulada por diversas entidades sanitarias. Son productos que deben cumplir estrictamente con ciertos parámetros para que puedan permanecer en el mercado, por más que su producción busque respetar la formula ancestral de los pueblos indígenas en América Latina.
Cuando una persona decide vivir la experiencia del rapé a través de un chaman, el rapé que consume es del todo auténtico. Su calidad como producto respeta la receta milenaria y su proceso de producción es único. No hay que dejar de lado lo que supone el buen empeño y disposición del chamán por respetar su tradición.
En ese sentido sí, el rapé si es algo que por esencia es chamánico. Por lo que, si realmente tienes una meta respecto a su consumo, si estás interesado en vivir una experiencia que esté más allá de un estado alucinógeno, tendrías que ir hasta sus orígenes y contar con el apoyo de un chamán.
¿Vale la pena buscar un chamán?
La cuestión de fondo con el chamán es que se trata de una persona versada en muchos aspectos de la vida. Es alguien que ha convivido con la naturaleza casi que desde su nacimiento. Sabe lo que es la calma, la tranquilidad, el contacto con la vida y el Universo. Es una persona que reconoce lo mágico que es el canto de un pájaro, la luz de las estrellas, la paz de un atardecer.
Pero a esto se le agrega que, para haber heredado su rango de chamán, vivió junto al líder de su grupo un proceso, que fue el mismo que dicho líder vivió con su antepasado. A través de este proceso formativo, el chamán aprendió a usar el rapé como algo sagrado y espiritual, como una alternativa para despertar sus vórtices energéticos y su glándula pineal.
Cuando un europeo u otra persona de occidente se acerca a un chamán, éste mismo solo le bastará una mirada para entender quién es, qué necesita, qué lo motiva a buscar las medicinas ancestrales. Entiende que muchos se aproximan al rapé como una búsqueda por lo espiritual, pero también por la curiosidad y la ignorancia de querer vivir alto que esté más allá de lo terrenal.
Vivir lo chamánico para liberarse
Algo curioso sobre los chamanes que ofrecen la práctica sagrada del rapé es que casi siempre están abierto a aceptar la llegada de alguien. Si decides viajar desde el extranjero e internarte en una selva para conocer a un chamán, dicha persona respetar tu esfuerzo, pero a la vez te valorará como un individuo que tiene una inquietud sobre los misterios del Cosmos.
El chamán no puede cerrarle la puerta a nadie. La vida espiritual, el destino de un despertar de cara a lo sagrado está disponible para todos. Y si alguien concibe que una experiencia directa con el rapé chamánico le permite abrirse camino en ese aspecto de la vida humana, el chamán está abierto a facilitar ese tipo de experiencia. Actuará con un intermediario divino para aportar en ese despertar.
Muchos chamanes son conscientes de que la mayoría de quienes desean experimentar con el rapé ancestral, lo hacen motivados por la curiosidad. Pero para ellos, es una gran oportunidad de averiguar quien es esa persona y qué necesita despejar en su vida emocional y espiritual para aportar en el destino de su propia misión en el mundo.
De hecho, por eso mismo, la mayoría de los chamanes no necesitan realizan un cobro en dinero. Lo que solicitan es una ofrenda, un par de gallinas, un mercado u otros recursos que para ti justifique un pago. Esto se hace con el fin de que después no te sientas en deuda con el tratamiento que vas a recibir. Pero en realidad, solo por generosidad el chamán accedería hacerlo.
Aceptar su consumo como algo recreativo, siendo responsable
¿Qué tipo de experiencia quieres tener? Esa es la pregunta clave a la hora de acudir al rapé. Si lo usas de manera medicinal para despejar dolores y enfermedades entonces es una muy buena opción. Si también decides hacerlo por el gusto recreativo, tampoco hay problema.
Lo que determina tu experiencia es lo que estés buscando. Si realmente quieres tener una experiencia que te ayude a desbloquear tus vórtices energéticos y descubrir más sobre tu razón de ser en este Universo, si realmente eso te inquieta, puedes ir en busca de un camino para contactarte con un chamán.
Es posible que incluso, con tu acercamiento personal al rapé hayas podido experimentar y descubrir algo de manera personal. Dependiendo de la magnitud que suponga dicha experiencia, puedes verte motivado a realizar un viaje hacia un país de América Latina para contar con los servicios de un chamán.
Eso sí: tienes que estar predispuesto también a dejarte guiar por el chamán, para que cuando te encuentres sumergido en tu propia experiencia, puedas orientar tu pensamiento hacia el enfoque que necesitas. Si consideras que tu aspiración no quiere llegar a un grado tan avanzado, entonces se prudente con el consumo del rapé como alternativa recreativa y medicinal.
