El temor de contraer el mortal virus (COVID-19) se suma como una de nuestras preocupaciones diarias. Ante la nueva realidad de trabajar desde casa, de la educación temporal en el hogar y de las restricciones de salud pública, hemos optado por replantear lo que realmente queremos para el futuro. Indiscutiblemente el mundo ha cambiado y no volverá a ser el mismo. La pandemia nos empuja a vivir un modo vida con condiciones, aparte de los nuevos modelos económicos, culturales, sociales, políticos y laborales. No sólo este suceso mundial ha afectado la salud pública, sino también ha puesto en riesgo nuestra estabilidad económica.
(Te ayudamos a combatir la languidez en la era del covid 19)
Lo que más daño ha provocado el tiempo de confinamiento ha sido el bienestar y la salud mental de nuestros habitantes, desencadenando en algunos un vacío emocional que -por lo regular- surgía ante situaciones difíciles como un duelo, un acontecimiento traumático o una patología (por mencionar algunos factores). No obstante, en el contexto pandémico nuevos síntomas han surgido y uno de ellos es la languidez: una emoción predominante en este 2021 que repercute directamente en nuestro cuerpo y nuestra mente. Éste término en sí, usado por especialistas médicos y científicos, describe el cansancio mental causado por el estrés que genera el “aislamiento social”.
¿Qué es la languidez y por qué es tan relevante en este tiempo?
La languidez es definida como una sensación de desánimo, flaqueza y debilidad, que en casos más severos se torna como un vacío emocional y de estancamiento. Podemos compararlo a un agujero negro que se instala en medio de nuestras emociones y nos hace creer que nada de lo que hacemos es suficientemente bueno para nuestra vida. Se trata de una disconformidad en las cosas que hacemos a diario, el cual tienen un valor especial en nuestra cotidianidad, pero qué ahora parece no tener la misma importancia.
Por lo general, los que padecemos este tipo de emociones tenemos habilidades y destrezas por encima de nuestros semejantes, pero un factor detonante (en este caso la pandemia) nos hace estar por debajo de las oportunidades que se nos presentan a diario. Somos el tipo de personas talentosas pero frustradas, que vivimos bajo una constante lucha de querer accionar (pero supone todo un desafío), y finalmente no encontramos la manera de salir de este estado que bombardea nuestra psique.
La languidez no sólo se encuentra en nuestra mente, también está presente en las situaciones que tenemos que afrontar cada día. La verdad es que es muy complejo hallar una cura para una cultura que le es natural los problemas de salud física, pero que estigmatiza los problemas de salud mental. El verdadero antídoto frente a esta nueva realidad, es una sociedad consciente y sensible ante los estragos de esta crisis sanitaria. Una sociedad que se preocupe más por el bienestar de los ciudadanos, que por temas políticos y financieros. Podemos hacer del mundo, uno más solidario cuando dejemos a un lado los intereses propios y velemos por la necesidad del otro.
En Ancestrina, reconocemos la importancia de cuidar de nuestra salud mental. Por ese motivo, promovemos el uso de medicinas alternativas y naturales como el rapé no sólo para aumentar la sensación de conexión con nuestra verdadera esencia, sino para reestablecer la química cerebral a través de los beneficios del tabaco, plantas, raíces y cortezas medicinales usadas desde tiempos ancestrales.
Si quieres saber más sobre cómo el rapé puede ayudarte con la languidez, contáctanos en nuestras redes sociales.
